Octubre 29 de 2017
21:53
Por el sendero de tu ombligo
por el abismo de tus senos
aprendí a cantar amores
mientras te escuché gemir.
Y en las alas de tus manos
divisaba que eres bella
doblegado ante esa boca
y arrancándote suspiros.
Te perdiste en mis brazos
y también olvidé mi nombre
tu voz era mi suave guía
para explorarte muy dentro.
Luego el remolino ansioso
descargándose a carcajadas
te amaba, moría y revivía
y vibrabas sobre mi pecho.
Luego lluvia de agua tibia
sobre tus hombros y mi cara
me amabas como nunca
y te quedaste en mi alma.
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