23:43
Te vi llegar hacia mí,
mirándome a los ojos
completamente desnuda.
No sólo tu piel,
también tu corazón:
Desnuda de tus miedos
de tus culpas y tu pudor,
tras haberte entregado
como una flor al viento.
Y debo decirte,
que quizás como nunca
hasta ese momento,
te sentí tan mía
y yo tan tuyo,
después de la agitación del amor
y de la piel contra la piel.
Y supe que así debía ser,
-no de otra manera-,
pues al fin estábamos juntos
cuidando el uno del otro
con la franca complicidad
de la espuma y el agua caliente
Reíamos con ternura
pues sólo existía
ese mundo raro
moldeado con nuestro corazón
y con nuestras manos.
Y puedo decirte
que fui feliz,
inmensamente feliz
frente a ti, desnuda.
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