Octubre 2 de 2017
22:20
Me impregnó la piel y se adhirió a mi alma
la fragancia de las flores en tus cabellos
ondas de azul claro despedías de tu cuello
y me atraparon en el cobijo de tus brazos.
El canto de tu respiración atesoran mis oídos,
agitada como yo, mientras nos amábamos.
¡Cuánta ansiedad y deseo en cada beso!
porque fuimos llama y ardimos en verano.
Quedó en mi boca el íntimo contacto de tu piel ,
y tu suavidad de seda acariciándome los dedos,
la huella de tu cuerpo incendió mis manos
y sellaste con tu nombre cada espacio de mi vida.
Y del sabor tibio de tus labios aún me acuerdo,
rondando mi lengua los sabores del licor dulce
en mi boca encajando la redondez de tus senos
y el néctar de tu sexo destilado en mis labios.
Guardo en mis ojos la visión de tu desnudez
tu prisa al caminar como un placer alucinado,
pues entonces, descubrí con ingenua alegría
que fuiste mía durante esas horas que no olvido.
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