Octubre 7 de 2017
10:27
Me diste tu cielo
y te volviste lluvia para caer sobre mi rostro,
mojarme desnudo y envolverte conmigo.
Y al levantar la vista,
me miraban tus senos
como dos estrellas agitándose,
Y alucinado, temblé de placer.
Luego contemplé mi alegía en tu espalda desnuda,
dibujada como una promesa...
Y traspasé el tiempo besando tus labios,
te llevaste mi vida y me la regresaste de vuelta
impregnada de tu olor y tu sabor dulce.
¿Pues qué placer hay mayor
que envolverte en mis brazos
y que quieras quedarte?
La vida es misterio y posibilidad infinita,
al saber que atrapaste en tu vientre,
gotas de mi rocío que corrían a encontrarte;
al mirarte desnuda caminar para mí,
pues eres mi horizonte y mi sueño acariciado,
que, con todo,
no termino de alcanzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por regalarme tu tiempo y permitirme compartir estas líneas. Deja tus comentarios con el corazón, tal como yo he regado estas cartas.