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Te pienso con ternura. Me has abierto tu corazón y he descubierto brillos nuevos, colores que no conocía. Dejas tanto de ti en mi vida, que te quedaste adherida a cada célula, a cada tejido. Y esta nube abrumadora de recuerdos entremezclados con sentimientos con sabor a vino y delicias de tu boca, se convierte de repente en un universo del que es imposible salir sin perder el sentido.
Ya te amaba, apenas intuyéndote, como a un interrogante cuyos matices me abrumaban a pesar de haber sido distantes, perdidos, extraños. Mas ahora que he bebido horas de tu vida y he reconocido la sangre en tus venas, tu amor de mujer y tu intimidad, se dispersan neblinas y veo tu sol, veo tu luna y tus estrellas. Y ya no quiero otro cielo.
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