Junio 23 de 2017
9:00
Acariciar tu cuerpo es adorar tu existencia palpable,
es sentirte mía por un momento
y saberme tuyo enteramente con mi deseo.
Encontrémonos en las caricias y los besos,
en un infinitesimal universo latente por horas,
con explosiones de estrellas y agujeros negros.
Quizás estamos destinados desde cuando nacimos,
para un constante alterarnos y apaciguarnos,
dándonos y tomándonos en un compás que no termina.
¡Qué bello, qué frenético y suave es nuestro cielo!
¿Quién diría que hubo más que miradas, cuando nos vimos
y más que un comienzo, cuando nos besamos hace tiempo?
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