Noviembre 25 de 2017
19:27
El corazón se acostumbra
y explicarle que la época es distinta
es como negar el sol a una montaña.
Me habitué a mirarte llegar,
que seas mi compañera de amores
teniendo como testigos a la tarde
y a la noche fría que nos ve separarnos,
queriendo yo que te quedes,
siempre que te quedes.
Un día como hoy
el corazón acostumbra aromas de flores
de tu cuello, tu cabello y tus senos;
sabores dulces de licor y tus labios suaves
música que hace latir el corazón más fuerte
sobre todo la de tu voz;
tersura de tus manos y la piel de tus mejillas
néctar en la lengua y alegría en la mirada.
Mas es todo tan vacío, tan desolado,
como se ve un camino olvidado en la noche de lluvia.
Y mi corazón que te aguarda,
no entiende de horas ni de lugares sin ti
del gris helado que deja la distancia;
tiene frío y no asume que no puede verte,
le cuestan tanto las horas de seguir latiendo
sin el brillo de tus ojos
sin el amanecer de tu sonrisa.
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