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Te extraño
con la furia de nuestra distancia
y el ardor de nuestros cuerpos unidos.
Porque me dejaste las huellas de tus manos
la dulzura de tus besos ansiosos
de tu lengua dulce
y la humedad de tu sexo delicioso.
Te escucho
mirando tu imagen memorizada en mi retina
mientras te amaba
y te entregabas,
bajando la guardia
para que te inundara de besos sedientos
y beber tus gotas escondidas
con cálida obsesión y deleite.
Te siento
en cada frase perdida que cantabas
en los suspiros y la seda de tus dedos
acariciándome despacio
como si temieras que me alejara
y me retuvieras con tu pasión de mujer
abiertas las puertas de tus manos
y las de tus piernas rozándome.
No te olvido,
no puedo renunciar a esperarte
te llevas un tejido de mi alma y mis fluidos
y los traerás de vuelta
con esa sonrisa que me conforta
y tus pasos hacia mí,
como si me dieras vida
y no supiera más que aguardar por ti.
.
Te anhelo,
es inefable el amor cuando nos ha atrapado
no se deja de respirar
inunda nuestro interior y nuestra mirada
nos embarga de ansiedad
hasta reencontrar el camino
que nos lleva a inundarnos uno del otro...
es un río que corre y no puede frenar.
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