Noviembre 8 de 2017
23:42
De aquella noche,
tímida, fría noche
me quedó tu cuerpo
y dos tragos de licor para el camino.
No son ilusiones,
no es mi mente juguetona
fuiste tú y era tu sabor a frutas,
abrazados con ternura bajo la ducha.
Era tu pasión,
mordiendo mis dedos,
tus espasmos de dolor en el cuello
y la sangre hirviéndome en las venas.
Eran las sonrisas
tu picardía y mi obsesión
recompensa de amor entre tus muslos
y mi río inundándote toda.
Y luego tu mirada
transparentando tu alma buena
abrigándome con ternura de mujer
para estos días grises, vacíos de no tenerte.
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