Noviembre 3 de 2017
1:09
Es tibio tu recuerdo,
late en mi piel con vitalidad,
como una caricia que no termina,
como una tormenta que se resiste a amainar.
Temblabas en mis brazos
agitada hasta el frenesí
y en cada impulso contra tu vientre desnudo
replicabas con la rigidez del éxtasis en espera.
Corriste sobre mí
y tus pechos corrían a tu ritmo
te aprisionaba con mis brazos
para que me dejaras volar contigo.
Tras estas horas después de tus besos,
no me acostumbro a la distancia
me angustia dejar de escucharte
y extraño tu piel clara en la penumbra.
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