8:30
Quiero que nunca dejes de pensarme
abotonar tu mente con ternura;
devolverte el favor,
ya que llevas largo tiempo en la mía.
Y que siempre sonrías,
cuando pienses en lo que sucedió,
dos bocas fundidas bajo la luna
dos cuerpos saludándose en la tarde.
Yo prometo esperarte
en la claridad y en la noche oscura;
en tu nombre entonar una canción
e inundar mi ropa de poesía.
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