Noviembre 2 de 2016
23:45
Estas horas se han precipitado vertiginosamente, dejándome emociones en ebullición constante. Tú en el fondo de las horas, con esa mirada bella y tu pose de señora irresistible. ¡Cómo juegas con la noche, te confundes en ella y te metes en mi cama para soñar juntos! Imaginar un beso perdido, otro fugaz y escondido; sentir tus brazos en mi costado y tus manos entre las mías. Complicidad lúdica, venganza contra el tiempo, consumada entre risas.
Te siento en mi boca, en el recuerdo inextinguible de esos besos que nos damos. Mis oídos evocan tus palabras, tus risas y tu acento, caricias en el aire que llegan para quedarse. Te acomodaste en una máscara carmesí con olores de cielo, junto a mi almohada y en tu calor impregnado en la noche, aromas dulces que se mezclan para enloquecer mis deseos. Y tu talle fino, la tibieza de tus senos y la cálida suavidad de tus manos entre las mías, como flores del paraíso. Y esos ojos iluminando desde arriba tu sonrisa; ¡Tu rostro aproximándose como una promesa de amor! Invades mis sentidos porque mi equilibrio dependía de tus movimientos y me junté con tu cuerpo por momentos...
Era un baile místico de luces y dagas suaves, contigo la fiesta no termina. Contigo la música suena distinto y se agitan los latidos del corazón con cada instante a tu lado. Contigo todo es diferente; asciendo por tus ramas, porque aunque me das tanto, ¡siempre me quedo con ganas de más!
Y luego tu llamada, inesperada como un arrebato de sol. Puerta del frenesí y la embriagante dulzura de tu alma sobre la mía, de tus palabras servidas en una copa, para bebérmelas despacio. Para beberte toda a ti si es posible.¡Para que este flujo de amor continúe hasta el cielo!
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