Noviembre 26 de 2016
20:35
¿No sabes mi amor el placer que me produce tenerte tan cerca? Como cuando recorríamos la primavera sin las preocupaciones de ahora. ¡Y precisamente por eso es tan mágico e irreal este tiempo! Dos gotas de mar encontrándose de pronto, abrazándose y jugando en la inmensidad. Dos granos de arena tras la tempestad juntándose sin sentir miedo.
¡Cuánto significas, cuánto cambias sólo con mirarme! Sabía por años que debía buscarte, pues me perdí yo mismo cuando no estabas. Mi amor, mi deleite, mi ilusión. Locura de las noches y agitación de los días. Prisa que me niega el tiempo, grito que muere ahogado por no tenerte. Clara obsesión y oscuras razones me conducen a tus brazos para perderme en tus cabellos.
Esta noche no significa nada, ni el tiempo de estar tan lejos. La vida comienza cuando llegas, lo demás es la espera por mirarte y la pena desgarrada en el pecho cuando te vas. Vives en los trazos que dibujaron tus dedos en mis manos, en mi torso y mi cuello. Vives en el perfume, en la dulzura de tu acento. Te quedaste para siempre. Y no existe modo, ni lo quiero, de olvidarte.
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