Noviembre 12 de 2016
8:15
Llegaste con la mañana,
hace tiempo.
Como el sol que nos mira a los ojos
y nos saluda pleno en la cara,
en la frescura de un día nuevo.
Desde entonces,
en las tinieblas más oscuras
y las soledades más lluviosas,
el misterio de tu mirada
y el olor de tu recuerdo,
me acompañan.
Eres mezcla de sentido en mi ser
y placer de contemplarte,
sea en tus agitaciones cándidas,
o en tus ánimos más tortuosos.
Eres furia del mar y suavidad de canto,
noche de estrellas palpitantes,
claro de luna en el bosque.
Mujer, cuyo nombre gusto a solas,
para aliviar la pena y alejar el cansancio...
Mujer que quiero en mi lucidez
y en la ebriedad del sueño mineral...
Porque así sostengo tu ausencia,
mientras me brindas tus manos bellas,
el sabor de tu piel y tu humedad tibia...
Mientras regresas.
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