martes, 8 de noviembre de 2016

Luz y Color

Noviembre 8 de 2016
02:36



Pienso en ti y me sobreviene una experiencia de alegría inusitada. Es la certeza de tu existencia trayendo luz a la mía; y al mismo tiempo, de la mía coloreando la tuya.

En tal sentido, ¿qué puede el color sin su luz?. Sé que no te necesito para vivir ni tú a mí, pero ¿qué sentido tendría mi vida sin la tuya? Quizás por eso, al preguntarle a Dios por mí, terminé volviendo mi mirada a tu camino...

Tarde o temprano apareces en mi corazón como un presentimiento. Y me inunda una especie de temor reverente, que en secreto me alegra y me sobrecoge. Eres tierra sagrada; me descalzo, te escucho y te miro. Soy viento y tú fuego: ardes cuando me mezclo contigo.

No volví, ni tú tampoco... En el fondo, nunca nos fuimos.
Y quizás ambos lo sabíamos...





 

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