23:29
Ya no hay espacio donde no te busque,
no hay rincón en que no estés...
En mi piel, por ejemplo
y en mi pensamiento,
tejiste tu nido.
Al principio,
sólo en mis recuerdos,
luego, latías en mi pecho:
ahora te apropiaste de mi ser,
corres en mí como la sangre que nos une.
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