Mayo 15 de 2017
11:14
Dame una huella de tu mano,
el sabor de tus labios,
el recorrido de tu cintura
y el misterio de tu sexo,
mientras me sujeto el alma
para esperar tu regreso.
Dame la fuerza de tu luz,
el vigor de tus espinas,
la lucidez de tu corazón,
y un te quiero,
en tanto reparo mis velas
por la amarga tormenta.
Dame tu sí y tu no,
pues proviniendo de ti
se convierten en canción,
aromas de café en la noche
y dulces gotas de vino,
mientras te espero.
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