Septiembre 6 de 2016
6:05
Mujer de mil estaciones.
Tienes la dulzura de la amiga,
la ternura de la compañera,
el amor de la mujer en la boca.
La tersura de la piel en la pasión y el encuentro,
el olvido cruel a base de culpas inconfesadas.
El beso secreto, aceptando deseos,
el abrazo abierto al afecto y la complicidad,
la mirada burlona del tiempo y los deberes.
Llegas y vuelves a marcharte,
como el viento fugaz que no puedo atrapar,
como las olas caprichosas.
De pronto te quedas y me sorprendes,
me afinas la mirada y me tiendes tus manos,
para esconderte entre silencios.
Me envuelves en un abrazo o me dejas solo,
lloras conmigo o te alejas sin explicación.
Bebe vino conmigo y escuchemos la canción;
olvida tus penas, te cubriré de flores;
auxíliame en la prisa de verte,
en el dolor de tu ausencia.
Y quédate tranquila a mi lado,
quizás una nube pasajera,
como tú, amor mío,
nos cautivará la mirada en silencio,
mientras se nos olvida el tiempo.
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