Noviembre 10 de 2020
10:43
En los rasgos de tu rostro
libro de fascinaciones que me pongo a leer,
en las curvas de tu cuerpo
por donde se deslizan mis miradas traviesas;
en el lenguaje de tus besos,
que hablan a veces mejor que las palabras
anclé mis deseos de hombre,
mis sueños de niño.
Y prometí amarte,
después de tanto renunciar a ti,
pues por cada segundo vivido contigo
he construido mundos y altares,
ansias convertidas en poema
donde me escondo en silencio
para divisar tu camino de regreso
sin más deseos que mirarte.
Nubes de silencio,
nítido como el perfume entre tus senos
me acompañan en mis extravíos
y al acostarme vienen a hablar conmigo;
te tengo y eres mi mundo
me entrego y soy bienaventurado
pues desde la primera vez que te vi
desde el primer beso y la primera noche,
nunca volví a ser el mismo.
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