Noviembre 21 de 2020
8:53
Hubo noches
entre tú y yo,
y también lugares
que siempre dejaron una huella particular
como marcas indelebles en una playa de azúcar...
Pero aquella noche,
tan cercana aún
e intensa hasta la saciedad
que se prolonga en mi memoria
en mi piel y mis sueños
es la estrella exclusiva de un universo exquisito...
Aquella noche,
la recuerdo con tal detalle
como si la viviera todavía,
como si estuvieras aún frente a mí
junto la ventana
mirando la ciudad
en la intimidad que sólo nos brinda el anonimato.
Tan cálida noche
de devenir locura en tu boca divina
me parece verte aún,
sumergida en el agua tibia,
tu desnudez de rosa,
tu mirada plácida
y tus brazos como alas, rodeándome.
Tan dulce noche
entre sábanas blancas y delicadezas
donde, tras agitarte en un orgasmo de almíbar
rompiste en llanto, presa de alegría,
y mi corazón desconcertado
no hallaba paz hasta saberte satisfecha
como si me regalaras el instante más sublime
como si libaras miel para mis fantasías.
Tan desbordada noche
aderezada con nuestras copas llenas
hasta la locura de bailar nuestras canciones
con desvergüenza y galanura
con arrebatos de ternura
como si no hubiera más noche que esa
para beber tu sexo y tu dulzura
y para jurarte amor eterno.
Tan inolvidable noche
noche de todas mis vidas
anhelándote desde siempre
como se ansía la libertad tras la condena
noche de amarte
para amanecer aferrado a ti
y sentir a solas, al fin juntos,
la caricia suave de la mañana.
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