Agosto 1 de 2016
15:38
Amor, que me condenabas con tu silencio,
a llevarte rosas perdidas en un lugar olvidado.
Era tan cruel sentarme a llorarte sin que supieras nada,
cantando ecos abandonados por el tiempo y la distancia.
Amor, que me endulzaste la boca mientras miraba en secreto,
que transmites suave tus encantos intactos para mis manos,
Era tan lindo ignorar las horas sintiendo tu bella cercanía,
suspirando en lugar de añorar, besando en lugar de soñar.
¿Dónde he de llevar tus rosas, si no me quieres donde estábamos?
¿A quién he de llorar las horas transcurridas desde tu abrazo?
¡Pues mis manos te esperan y mi respiración se deshace por la piel tuya!
¡Pues me he quedado en silencio aguardando, y sólo silencio ha llegado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por regalarme tu tiempo y permitirme compartir estas líneas. Deja tus comentarios con el corazón, tal como yo he regado estas cartas.