Agosto 19 de 2017
00:12
Nuestros oídos guardan secretos
de las palabras que dijimos,
pues hablaban nuestros besos,
cuando el silencio rompimos.
Tus labios eran tan tersos
y los instantes que vivimos
eran gaviotas en vuelo
que se esfumaban como un sueño
Me besabas en el cuello
y mis manos de improviso
te aferraban a tus senos.
Era un ardoroso infierno
y un delicioso paraíso
¡Eran las ansias de querernos!
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