Julio 26 de 2017
14:00
Tuve un sueño, en mi sueño el centro eras tú y fue amargo despertar. ¿Cómo hacerle trampa al pensamiento y obligar al alma a volver a recogerse? No fue posible quedarme dormido intencionadamente para soñarte. Y en la paradójica desesperación empecé a imaginarte y reconocí que la voluntad no siempre puede doblegar el tiempo. Vi que los destinos que están entrecruzados tienen hilos misteriosos, ocultos en los sueños, que a su vez nos despiertan a la necesidad realizarlos. Irónicamente, cuando pienso en lo que ocurre cuando llegas, sé que de mil maneras estuviste latente. Con todo, me siento feliz de comprobar lo bello que es tenerte, tocarte, sentirte y escucharte. Y me parece que los sueños son ventanas de otros mundos que nos guían como mariposas en el campo florido. Y mientras te pienso, despierto en este mundo, intento seguir el hilo invisible y a la mariposa que me llevará a nuestros mundos, cuando vuelva a verte.
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