Julio 10 de 2017
23:11
En los hilos el dolor
y la cruda distancia,
las memorias de ti,
se intensificaban,
como el fuego rotundo.
Tus palabras en mi oído,
los momentos de verte
y los brillos en los ojos
en el recuerdo se afianzan,
como dos lunas en el cielo
como un canto distante,
que se aferra al viento.
No estás y soy distinto
no apareces y me pierdo;
no respondo a mi nombre
porque partió con el tuyo.
Las voces son ecos,
las gentes son sombras,
las horas, hojas secas
donde camino en silencio.
¿Dónde estás?, nadie responde,
Y en el frío de la noche
se extraña tu voz suave,
mis manos habituadas,
a las tuyas, a tu piel,
te buscan sin hallarte.
No estás, te fuiste,
me fui yo de tu lado,
nos fuimos los dos,
pero estamos en las calles,
en el cine, en el viento,
en el sillón donde nos besamos,
en la esquina de esperar un taxi,
en las copas que dejamos,
en mi cama, en tu barrio.
¡Oh los sueños heridos
temblando contra la muerte!
que se estacionan sin permiso
velando la madrugada .
Falta tu sonrisa,
no se escuchan tus palabras
y el aroma de tu cuello,
se disipó en al aire.
Y este mundo gris,
de no estar tú en él
ya no es el mío.
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