Mayo 1 de 2016
00:22
Con tu sabor en mi boca, no quiero resignarme a las horas de soledad y distancia. Ni quiero dormir. Sólo recordar la razón de esta delicia que retengo.
Nadie me roba la secreta alegría, placer por el que sufría tantos silencios y ansiedades. Hace tanto no te besaba así, y se me dispersan las ideas, pues no quiero olvidar esta ebriedad, esta dulzura. Tú eres mi dulzura y mi delicia. Tú eres la mujer por la que deshojo estos segundos, recobrando la calma.
Me encanta lo que tienes, aunque no sé como se define. Eres muy bella, me enloqueces. Tenerte en mis brazos, sentirte tan cerca. Mirarte mientras me hablas, mientras me acaricias con tus ojos. Sentir el tono de tu voz, atrapándome sin darte cuenta. Tus perfumes, tus suavidades, tan cerca, tan íntimos. No existen palabras para describirte, eres demasiado hermosa para que las palabras te alcancen. Y te retengo en mi interior, abrumado de amores, sabiendo que llevas algo de mi en ti. Sabiendo que me quieres. Mirando el tiempo que pasó sin entender cómo ocurrió todo.
Tendré tiempo para pensar en tus cabellos atrapados entre mis dedos, el contacto de tu piel y las cosas que dijimos. Un secreto lleno de sabores, de olores y fantasías que salió de aquél lugar y ahora me extasía; porque no me deja, porque no quiero que se acabe. Tendré tiempo para amarte por todo cuanto eres para mí, para mis ojos que te buscan y mi piel embriagada. Te llevas mi vida contigo, pero a cambio me has dejado tanto de ti, que me envuelvo a solas de ello. No quiero dormir, sólo imaginar que estás aquí, porque mi piel huele a ti y mi boca sabe a la tuya, Porque estás en las células y los fragmentos de tu ser que se quedaron conmigo. Hasta que volvamos a encontrarnos.
Tengo Ganas - Andrés Cepeda
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