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Quién pudiera ser tu sombra para mirarte todos días, mientras eres auténticamente tú, durante el día… - Y esconderme en la noche, contigo -
Quién pudiera ser tu aire, para escucharte a cada instante, en tanto vives penas y alegrías… - Y meterme en tu pecho, mientras duermes -
Quién pudiera ser luz del día, de un foco, de una ventana anónima, para acompañar tus pasos… - Y luz de luna después de las siete, para acariciar tu rostro -
Y quién, calor de noche…
Y quién, frío en el día…
Y quién, calmante para tu dolor…
O un café en la tarde,
una cobija para abrazarte,
cuando me necesites…
cuando me necesites…
Y callar, si hay que hacerlo,
partir, cuando sea preciso.
Invadirte de ausencia,
regresarte tu sombra,
- Tu aire y tu luz -,...
Y que quizás me extrañes. Con los años que me quedan - Gloria Stefan
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