Septiembre 29 de 2020
20:46
De mañana,
te levantas conmigo (aún somnoliento),
pues en algún rincón de mis sueños
se te antoja aparecer.
A mediodía,
te me vuelves inquietud
por saber cómo estás
tras las breves noticias que lanzas a la distancia.
En la tarde,
añoro revivir nuestras ocasiones imposibles
hechas tan posibles
pues así lo hemos querido.
En la noche,
en forma de fantasías
sigues tan cercana a mis deseos
que siento que puedo tocarte como tanto te gusta.
En la madrugada
renace el ciclo de añoranzas
en este prolongado e insondable trasegar contigo,
que llamo mi vida.
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