Marzo 24 de 2016
19:34
Esta noche, como hace tantos años, la pena de nuestra distancia inevitable, inminente, se entremezcla con la alegría de haberte tenido tan cerca.
Una noche como esta, me agitaba tan cruel presentimiento, y con él un frenesí por la insensatez de persistir en esperarte. Rodeado de ebulliciones de todos los colores y sabores; preso de euforias, agobiado de incertidumbres, mi alma te ansiaba, mientras corría a buscarte.
Luego, tras desfallecer de frío y de miedo por saber que te perdía, me rendí en un sollozo ahogado, mientras con ternura me confortabas. Te irías de a pocos.
No obstante, a pesar de la tiniebla de la distancia, nunca te has ido. Sigues aquí, y pasas de cuando en cuando para sacudirme la condena estar sin ti. Más aún, has regresado, para saludar con gentileza la persistencia de mi corazón, todavía tibio por causa de tu último abrazo. Has aliviado la sed implacable de no beber el néctar de tus labios, dejándome tomar un poco. Tal como hiciste aquella noche.
Mas, como entonces, la luna deslumbra con su belleza esta nostalgia, este vacío sin ti. Y como entonces, la incertidumbre me embarga al emprender la locura de seguirte buscando.
Querida - Juan Gabriel & Juanes
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