Marzo 21 de 2016
1:51
En el filo de los instantes que demarcaron mi existencia para siempre, has estado tú. Esa mirada tuya, tu particular modo de caminar, la sencilla belleza de tu rostro, la estela de dulzura que vas dejando a tu paso...
Es muy difícil estar a tu lado sin robarte un beso; es imposible advertir cómo se va el tiempo en esos instantes. La sensación de tu compañía desvanece mi ansiedad; la bondad en tus ojos y la luz de tu sonrisa, hacen que todo lo demás se detenga. Vivo para ti y me sumerjo en tu mundo. Respiro tu aire y camino por tus calles. Existe algo tan misterioso en tenerte así de cerca, que frecuentemente olvido que tendrás que irte en cualquier momento, como si el eje de mi existencia solo girara para tu rueda. Como si reinventaras mis días al mirarme a los ojos.
Por eso, sentir la suavidad de tu boca es retomar un camino señalado por flores, es el placer de tocar el cielo por instantes. Es la embriagante ternura de escuchar tu corazón, de percibir sus latidos desbordándose en tus labios dulces.
Te amo cuando te beso, y al dejar de hacerlo comienzo a extrañarte... ¿Cómo mentirle al día, diciéndole que no te quiero, y tener alivio al saberte lejos? ¿Cómo engañar a la noche para que me envuelva en su manto, sin soñarte, ni permanecer en silencio añorándote febrilmente? Sólo se calma esta melancolía al recordarte, al deleitarme en la memoria de tus brazos alrededor de mi cuello...
¡Tú, tan cercana como en mis sueños;
tú, tan amada como en mis versos!.
Voy a Extrañarte - Andrés Cepeda
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