miércoles, 23 de marzo de 2016

aguda necesidad y tierna costumbre

Marzo 24 de 2016
01:00




Te me volviste una aguda necesidad salpicada de tierna costumbre. A través de los años, y particularmente de estos días, es muy difícil retomar la cordura necesaria para fingir que no me pasa nada. Desde saber cómo estás, hasta la vertiginosa caída libre de sentir que te veré. Mi atmósfera está matizada delicadamente de tu perfume, de los ecos de tu voz y constantes sensaciones de tu cercanía.

Me encontré contigo para recordar que me encanta tu risa, que tu mirada me traspasa el alma, que el tiempo se escapa como el agua entre los dedos. Que como en otras épocas, tu aroma me alucina, y conversar es reconocerte y asombrarme por cuanto no sé de ti. ¡Cuán familiar y extraña, tímida y soberbia, apacible e inquietante! Como un viaje andado mil veces y siempre nuevo, fascinante.

Espero que estés bien, mi amor. Que no tengas dolor. La pausa de estos días guarde para ti una vitalidad renovada. Entre tanto, te recuerdo, como siempre, pero a la vez con un toque de ternura por todo lo que representas para este corazón en el que estás siempre presente.

Te amo, por aguda necesidad y tierna costumbre.



Amargo y Dulce - Doris Salas





 

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