domingo, 2 de diciembre de 2012

Arrebatando añoranzas

Diciembre 2 de 2012
14:26





Hace años voy de prisa, arrebatándole vida a las horas, añoranzas a los instantes vividos. Casi se me ha vuelto un propósito rastrear cosas de ti, recuperar momentos pasados para rearmar mi vida. Tantos años ocupándome para evitar pensarte; tanto tiempo evadiendo con un estúpido estoicismo los senderos que me hablaban de ti; ¡tanta vida derramada lejos de tu vida!

Sé que es tarde, que han pasado muchos cielos, muchas tormentas; muchos árboles han sido derribados, y sólo quedan rescoldos bajo la superficie… El incendio no ha dejado mucho, y ardió largamente, sin que hiciéramos nada.

¿Y qué, si volviésemos a animar los fuegos? ¿Y qué, si encontráramos nuevos mundos para nuestro cielo? Trato de buscar en el suelo, descifrar huellas, percibir ecos de tu risa, intuir tu sombra junto a la mía… Los poemas me han servido para reencontrarme con aquellas noches, para volverte a extrañar con algo más que ilusiones en las manos.

Hoy, mientras buscaba las calles de siempre, fantaseaba con un futuro que se fue. Imaginé a nuestros hijos, a nuestra familia, las cosas que hubiera soñado para nosotros. Es algo torpe, indefinido de hacer, y tal vez más infructuoso que atraparte en este presente. Por esta razón trato de hablarte cuando estás disponible, de invitarte a charlar, de interrumpir respetuosamente tu cotidianidad. Para que no se esconda la luna, para no perderte definitivamente. Si pudiera te buscaría cerca de tu casa, pero no quiero hacer daño. De vez en cuando visito los sitios de nuestros seres queridos, y recorro con la mirada sonidos y escenas codificadas para la vista de ellos, pero tan nítidas y patentes para la mía. Y aún trato de no hacerlo demasiado a menudo, para no echar a perder sus hermosos recuerdos. En ellos, sigues recostada a mi lado, mientras te hablo palabras de ensueño y te amo.

Aunque bien sé que, como entonces, todo sea cuestión de alentar las esperanzas. Estas quedaron siempre, aún cuando partías durante semanas sin que volviéramos a hablar. Esa ilusión -a veces negada- de verte, me hacía temblar al estar frente a ti, y mantenía frescos mis caprichos de ti. Por eso, y al ver lo que imaginaba contigo y que quedó preservado, tengo la ilusión de que estés junto a mí otra vez.

No es necesario mantener el fuego ardiendo en la superficie, amor. De lo profundo se puede rescatar la tibieza de nuevos días. Las tormentas no serán nada entonces. Estaré contigo y nos esperaremos en las tardes para vernos, para estar juntos sin fin.

Otra vez de prisa, dejo de rondar los secretos que se mantienen tan vivos en mi memoria, para recogerme otra vez. Como ha ocurrido antes, te extraño desde el lugar lejano, desde el mundo que para nuestro bien o nuestro mal, hemos creado de la mano del mejor Artista.

Te extraño Liliana C









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