Abril 20 de 2022
01:56
Te asomas, mujer de mis ansias,
desde la distancia que has elegido
a veces, cercanía del viento,
y otras, luz de estrella;
y quizás, por la agitación,
no alcanzas a percatarte
de tu luz, que acaricia mi vida,
de la canción que se oye
cuando apareces,
del perfume de tu risa.
Quizás ignoras, mujer,
cómo ahuyentas mis miedos
con una sola mirada;
y que del aroma familiar de tu cuello
hago mi hogar con un suspiro
pues sabes algo o quizás nada,
de todos los mundos que mueves
cuando me hablas y me miras
y aún cuando te marchas.
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