Marzo 15 de 2017
09:26
No se trata sólo de poseerte,
o mejor, ser tomado por ti.
No se trata sólo de recorrer tu piel dulce,
o mejor, reconocerme en ella.
No se trata sólo de mirarte a los ojos,
mientras ocurres, como un milagro,
o mejor, mientras sucedemos en el tiempo...
Se trata de ti, siempre fuiste tú.
Porque la vida es tan corta
y los sueños por ella la sobrepasan.
Porque aunque conociera cada misterio de ti,
aunque me impregnara de cada célula tuya,
no me alcanzaría esta vida para amarte como debo.
No se trata del viento en tu cara, ondeando tu cabello,
se trata de ti, siempre fuiste tú.
Quizás comencé una historia sin tu permiso
o quizás lo sabías y eras más consciente que yo,
pero ya no sé andar por ella solo,
sin tu mano sujetándome.
Pues ahora la escribes conmigo,
cada fragmento de cada segundo,
desde cuando volvimos a mirarnos sin fingir,
desde cuando volvimos a besarnos.
No se trata sólo de tu cuerpo,
o mejor, de tu esencia que detiene mi tiempo.
No se trata de mirarte y dejarte ir,
o mejor, de partir contigo atado a tu cintura.
No se trata de mis dedos rastreando el cielo,
alrededor del misterio de tu ombligo,
o mejor, de tu vientre florecido o en cosecha.
Se trata de ti, siempre fuiste tú.
Siempre fueron tus palabras
y la ilusión de que volvieras a quererme.
No se trata quizás de nada en general,
o mejor, de todo en particular.
Contigo, sólo basta la luz del día
y un poco de vino en la noche
o quizás simplemente nada:
sólo que seas tú a quien miro,
y a quien escucho como una canción nueva.
Pues tantas noches has sido suficiente
al otro lado de esta ventana,
que ya no concibo la probabilidad de una vida,
si no se trata de ti...
¡Se trata de ti, siempre fuiste tú!
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