Marzo 8 de 2017
17:34
Yo llamo a tu voz,
un impacto contundente,
una ola de tu presencia que aparece
para replegarse dejándome algo de ti.
Y llamo a tu mirada,
milagro que se proyecta,
una caricia de luz que me atrapa
y me deja respirar cuando cierras los ojos.
Y te llamo por tu nombre,
para que regreses, si puedes,
y resulta que estás cuando te nombro,
y resulta que has persistido en mí a través los años.
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