1:22
Devienen recuerdos con tu nombre,
y pido a los ecos de la noche,
el sabor de boca delicada,
y tu suavidad en mi almohada.
Luego les pregunto si fue entonces
un sueño o el frenesí de canciones,
fundiéndome en tu piel perfumada
y en tus senos de puntas rosadas.
Me sumerjo en ondas de colores
donde hallo tu voz y tus sabores
y ya no quiero saber de nada,
que no seas tú, mi dulce amada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por regalarme tu tiempo y permitirme compartir estas líneas. Deja tus comentarios con el corazón, tal como yo he regado estas cartas.