Diciembre 14 de 2020
21:02
Te miro,
desnuda entre las sábanas,
como un poema escrito en satín blanco
dulce y plena en tu belleza
misterio resuelto que aún destila enigmas.
Tu cuerpo es arte y delicadeza
que invita a ser explorado,
un corazón que canta misterios
detrás de la redondez de tus senos
cuyas notas dulces
descienden alegres hacia tu ombligo
y al abismo húmedo de tu sexo.
Cuán gráciles tus hombros
fronteras de lo imposible de tu espalda,
como playas claras y suaves
donde desfilan tus cabellos.
Te acarician la luz y la penumbra,
compiten por tus formas de mujer
y la solución es el milagro de tu figura
una pincelada de Dios,
en el recinto donde te miro,
para recordarte toda mi vida.
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