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Ven, mírame,
lo mismo sonrisa de asombro
que ardiente deseo de tocarte
lo mismo ingenuidad de niño
que deseo crudo de hombre
Quiero igual besarte
recorriendo las líneas delicadas
de tus labios exquisitos
como se venera un pétalo fragante.
Quiero igual morder y estrujarte
como si tu piel fuera fruta
y tu carne alimento dulce
desgarrando metáforas con tu nombre.
Ven, que quiero mirarte,
me conoces y yo a ti
pero hay tanto más por contarnos
somos misterios que juegan en el aire
y cuentan historias nuevas en cada abrazo.
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