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Déjame reposar entre tus senos
sin decirte nada
que el latir de mis poros
te diga que te quiero
y te cante los desvaríos de mi tormento
tras tus pisadas,
tras tus besos.
Y dime todo aunque no hables nada
también sé interpretar silencios
más que todos, los tuyos,
desde cuando me decías con tus gestos
que me querías y me extrañabas
aunque lo negaras
con tus palabras
y juramentos.
También heriré al viento
con una daga de sentimientos
que abrirán la piel de nuestra distancia
y se desbordará en lamentos
pues ha sido cruel con nuestra nostalgia
y tirano con los sueños
que se regaron
mientras te esperaba.
No nos digamos nada
sean nuestras ansias un secreto
oculto bajo la superficie
de nuestra desnudez de verano
y nuestros abrigo de invierno
bien guardado como un verso
esperando por nuestro abrazo
cuando repose entre tus senos.
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