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Te reconozco en un abrazo
en la canción de amor distante
que me repite que no es tarde
y que volveremos a amarnos.
Y te escucho cuando callo
tu voz cercana y agradable
tu piel acariciando el aire
tu respiración como un canto.
¡Ay, si pudiéramos mirarnos!
con la promesa de tu risa
y la caricia de tus manos
¡Ay, si pudiéramos besarnos!
si alcanzara tu cuerpo suave
y lo sintiera con mis labios.
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