Febrero 26 de 2017
2:25
¿Quién habrá de culparte por brillar como el amanecer?
¿Y a mí, por deleitarme mirándote como a un milagro?
¿Se puede detener la luz del sol abriéndose en el horizonte
o quizás cerrar los ojos para fingir que aún es de noche?
Llegaste con la imponencia del día mientras intentaba escapar,
abría boquetes en el suelo mientras lloraba por ver tu cielo.
Súbitamente miré tus ojos y no tuve más miedo de amarte,
corrí a tus brazos, a mi patria, de donde nunca debí partir.
Ahora bebo despierto mis ilusiones de volver a estar contigo,
sea para vivir o para morir en tu pecho sembrándote rosas.
Ahora deshago flores imaginarias temblando por otro beso,
ansiando en mis días reanudar el placer de tomar tu mano.
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