Mayo 7 de 2016
21:18
Existen historias... Unas contadas con avidez, que traspasaron las fronteras y las edades. Profusas en hazañas, múltiples en variaciones, cuyos ecos trastornan los corazones y alimentan las fantasías. Contadas por generaciones, engrosan sus libros. Otras, ignoradas en sus detalles, anónimas y esquivas, parecen cerradas sobre sí mismas. Ajenas a las multitudes, pero tan presentes entre ellas, como la luz del día. Sin embargo, sobrecargadas de juicios, sus líneas se escapan a las fronteras, para mantenerse vivas. De aquellas, su galanura; un maquillaje impostado por quienes las cuentan para ocultarse de su miseria. De estas, su belleza, que es al mismo tiempo su condena y su tragedia. De estas, en el tiempo que nos tocó vivir, la nuestra, Liliana. La historia que escribimos, sin palabras, sin repasos como los buenos atardeceres. Sin certezas, porque la vida pocas veces las otorga. Pero es tan lindo vivir algo así y contarlo con pausas, para revivir, para alejar la nostalgia que me deja saberte lejos.
En nuestra historia, te echo mucho de menos la mayor parte del tiempo. No obstante, ha sido maravilloso conocerte en el inicio, añorarte en el pasado reciente, y por esta época, reencontrarte. Sólo para comprobar que eres el mismo día, con algunas nubes embelleciéndote. En esta historia de amarte, es lindo verte y detenerme para contemplarte, mirar tus ojos, sentirte y escucharte. Es esta historia, la anónima historia de amarte, a pesar de todo.
A pesar - The Latin Brothers
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