Septiembre 24 de 2013
17:02
Es sorprendente lo novedoso, lo intrigante y lo excitante que suele ser charlar contigo. Verte en una fotografía, con tu sonrisa amplia, tus ojos grandes, y ese ángel de alegría que brilla en tu rostro.
Tanto, como difícil eres de olvidar. Siempre sueles acudir a mi pensamiento, con la extrañeza de una bebida dulce en la tarde. Estás aquí, de la misma manera como has estado todos estos años, casi sin falta. En las épocas más tristes y amargas, te apareces como un ímpetu vengador de mis penas, amiga, confidente y centro de tantas experiencias inolvidables. Cuando sobrevienen las escasas alegrías, tu recuerdo aparece de repente para recordarme que no hay dicha completa porque no estás conmigo. Es así de simple.
Pero me quedan los recuerdos, tesoros para un viaje temerario. Tus besos, tu cálida sonrisa, tu espontaneidad y esa forma de ser tú misma que me enloquecía cuando estábamos a solas. Siempre he ansiado esa especial manera de encontrarnos, como una extraña adicción. Siempre te recordaré, mi vida. Los años me lo han enseñado ya. No me sorprendería que, en la muerte, mientras se va mi alma, un pensamiento errante con sabor a ti apareciera, despidiéndome de este mundo en el que nunca me resigné a perderte.
Cariño - Los Babys
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