Diciembre 3 de 2021
00:09
Mientras iba hacia a ti
sobrevolaba montañas y ríos.
Luego, te hallé
y mi corazón saltaba de locura.
Horas después,
yendo a la ciudad,
anónimos a la vista de todos
recorríamos calles y avenidas
hasta sentirnos a solas
en la placidez de una estancia.
Al fin, una tarde,
avanzábamos felices
hacia nuestro lugar reservado
tras navegar el mar
y deambular en la playa.
Entre tanto,
la magia de aquella brisa
se nos iba impregnando en la piel
y llenaba nuestros pulmones
de dulces osadías
de las horas más memorables
en que tu cuerpo y el mío
junto a nuestras almas,
simplemente vibraron.
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