Agosto 6 de 2021
11:16
Te miro, plácida en la tarde,
el verano en tu mirada
con dejos de alegrías pasadas
y amaneceres simples.
Y en tu hermoso rostro,
los trazos delicados,
registros de días inolvidables
que rememoramos a veces,
entre copas y entre música.
Nuestras manos son las mismas
si bien han tornado su prisa
por la madura amenidad;
como si saludaran al tiempo,
como si al entrelazarse juntas
anudaran la alegría de acariciar
de sentir, de añorar.
en su lenguaje sin palabras
en su manera de amar.
Y en este eón, entre desvaríos,
entre memorias y desmemorias
nos miramos tú y yo con ternura
como si la edad siguiera intacta.
Es una celebración sin calendario,
trepidante y parsimoniosa.
Este amor tiene su modo de contarse,
y él sabe, muy en el fondo,
con sus diversos ropajes,
que sigue siendo el mismo.
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