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Tienes tus maneras,
las tienes, aunque no lo sepas,
aunque ni lo quieras ni lo aceptes,
de estremecerme de lejos
y embriagar mis pupilas
cuando te acercas.
Modos tan particulares
de llegarme muy dentro
los has tenido desde hace tiempo.
Y por ello, mujer de mi vida,
si lo vemos de ese modo
antes de hacerlo yo contigo
me penetraste y te quedaste
me volviste adicto a ti, sin remedio.
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