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Un día me dijiste
que llegaría la anhelada ocasión
y dediqué mi devoción
a esperar ese otro día de tu promesa
Y llegando a mi puerta
como un mensaje fragante de mi pasado
te miré a los ojos y quise amarte
y en amarte se me fue la tarde
Mas ¿cuántos anhelos
se volvieron poemas al infinito
delirando de amores
haciéndote realidad en mis brazos?
Te contemplé una vez
y me consagré a mirarte
como sabiendo desde aquél inicio
que eres mi único horizonte.
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