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Quizás Dios
quizás la Vida
quizás la libertad del Tiempo
o todo junto y viene a ser lo mismo,
decretaron en acuerdo
imprimirnos la idea de un beso
con sabor a eternidad
que se vuelve necesidad
en los labios correctos.
Y yo supe desde el comienzo
con la torpeza de lo humano
que era en tus labios
donde me saciaría de ese beso
con sabor a eternidad.
Y por la misma torpeza
me condené a peregrinar
como un preso sin cadenas
tras la libertad de tus besos.
Y aquí me encuentras
en la persistencia de estos versos
detallando itinerarios
tras la música de tus pasos,
hasta encontrarte otra vez
y descansar como quien ve el sol
despidiéndose en la tarde
para saludar la noche
en que nos volveremos a amar.
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