Mayo 26 de 2018
1:09
Apareciste una tarde,
te quedaste desde entonces
aprendí a hablar el idioma de amarte
y no dejé mi lengua materna
mientras intentaba tenerte para mí.
Te he amado y no lo sabías
hasta cuando me conociste de veras
y viste en mis ojos que te esperaba.
Y cuando te hice el amor aquella tarde
-la primera vez
entre otras primeras veces contigo-
te hallé por fin y me aferré
a tus pechos, a tu vientre y a tu cuello
como otras veces a tu recuerdo.
Y nunca fue igual mi vida
ni mis mañanas, ni mis noches
tras haber amado tu cuerpo
y encendido con caricias tu deseo
quisiera sumergirme en tu mar tibio
y siempre descansar en tu playa.
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