martes, 30 de octubre de 2012

Feliz Cumpleaños

Septiembre 12 de 2012





Una tarde de septiembre, en un café solitario, apurando un café con licor, mientras pensaba en ella
-Esperando aún el milagro de verla llegar-



Eres feliz amor, te lo mereces
alegras con tus risas todo alrededor
y aún quien te encontró antes que yo
(aunque fui yo, pero no me alcanzó)


no sabe lo dichoso que es y lo valiosa que eres.
¡Mas para quien afuera se quedó,
mirando silenciosamente en el frío,
es suficiente tener los recuerdos
la fantasía de lo que podría haber sido!


Vuelvo en silencio
de a pocos muriendo,
con tu recuerdo bajo mi brazo
y tu nombre quedo en mis labios



Feliz Cumpleaños Liliana



Me cuesta tanto olvidarte - Alex Ubago





Feliz Cumpleaños

Septiembre 12 de 2012





Una tarde de septiembre, en un café solitario, apurando un café con licor, mientras pensaba en ella
-Esperando aún el milagro de verla llegar-



 No hubieras podido amor...
Ahora que lo pienso vida mía
tú, mujer, hoy madura y casada,
no hubieras podido con mi agonía
la prisa de adorarte aprisionada


Te hubiera comido de a poco,
¡te hubieras muerto antes hastiada
o te hubiera matado yo primero!
Con tanta ansiedad de este loco


No podrías haber soportado
tenerme presente en cada esquina
ambicionando todo de ti, querida,
hasta el suspiro, el fragmento de tu pensamiento
¡la palabra secreta o la razón de tus silencios!


¡No hubieras podido amor
con tanto corazón y tan poco tiempo!



Te lo juro yo  - Miguel Poveda



Feliz Cumpleaños

Septiembre 12 de 2012




Una tarde de septiembre, en un café solitario, apurando un café con licor, mientras pensaba en ella
-Esperando aún el milagro de verla llegar-


Un día para recordarte...


Los años que me has dado (más pesar que alegrías),
como pinceladas de embelesos (como tiranos y amigos),
vuelven a mí de vez en cuando
para recordarte entre las penas,
las de no verte, de no saber nada más de ti.

Ya sabemos tan poco uno del otro,
ya hablamos tan poco.
Como si no hubiera pasado nada de la locura de la juventud.
Como si no hubiéramos derramado lágrimas por amarnos y olvidarnos.

Pero, digo, los años vuelven para inflamar el pecho,
para extraviar la mente, para apurar los suspiros,
¡Como si pudieran borrarnos la risa y tornarla en pesar!


¡Vuelven los años amor, a recordarte!
Para celebrar un año más por ti, porque estás (aunque hace muchos años te me fuiste, amor)
Para recrear mis ojos con los encuentros del pasado (por un año contigo, mi vida, más de veinte sin ti).

Suficiente para un corazón que dejó de latir con tu adiós,
y en la muerte, en las cenizas del presente
en el afán, en el dolor y la fatiga.

¡Sueña hasta el fin con tenerte, sabiéndolo imposible!

¡Con cariño y respeto!

Feliz Cumpleaños Liliana



 Te recuerdo dulcemente - Rocío Dúrcal
 


Vuelve al silencio mi escondida pena





Mayo 7 de 2012
23:04
   
Hace rato que escribo estas cartas sólo para pensar en ti, recordarte y recorrer mi corazón buscando señales de tu presencia en mi ser.
Hace mucho no sé de ti, y mucho menos he hablado contigo.. Todo lo cual me lleva a considerar lo que pasaría si te enteraras que te recuerdo todavía, que en mi alma no se ha marchitado aquel primer amor. La verdad, ya no tengo fuerzas para enfrentar más penas y adversidades sobre mi corazón. No tendría la respuesta, no sé de dónde sacaría nuevas frescuras en este corazón desgastado de sinsabores, en cuyo universo tu memoria gravita como un imposible soñado y distante por el agotamiento y las penurias.
Era tan lindo cuando, aún tan jóvenes, nuestras miradas se encontraban tras el hondo suspiro de estar juntos, de no dejar de abrazarnos y besarnos, mientras el futuro ignorado se asomaba en el horizonte sin hacernos daño. ¡Cuán equivocado estaba yo al pensar que respiraríamos embriagados el elixir de esta pasión, que mis penas terminarían en ese abrazo nocturno que varias veces me regalaste mientras dormías a mi lado! Cuánto dolor y lágrimas perdidos sin razón aparente para anochecer entre tristezas, mientras te me vas del cielo que soñé contigo. Qué indolente el Amor con quien lo atesora con esperanza desde los suspiros más humildes. Te me has ido, casi sin remedio. Al menos sé que sigues callada y amorosa junto a mí en estos momentos de fantasía que me resisto a abandonar tras tantos años de no tenerte.

Mi amor, si sólo no te me hubieras aparecido sin más, para quedarte dándome la vida y hacerme morir de frío al marchar en silencio infinito.
¡Oh las ilusiones de un poeta que tienen sed de descanso!
¡Oh las penas de un amor que se ha muerto en el silencio y el olvido, pero mata de ardor en el corazón que no te olvida!
¡Oh, la canción que no termina, aunque los invitados a la fiesta hace décadas abandonaron las risas y han envejecido en su hastío!
¡Oh, el joven que se quedó llorando por tu regreso, mientras silenciosamente apura una copa que le engaña para retenerte en su alma sin descanso!
¡Sin compasión por su pena!
¡sin dejar de herir su alma sangrante, ansiosa de ti como el primer día, pero envejecidos sus huesos y su carne de tanto esperarte en vano!
¡Mi amor, si sólo no hubieras sido tú, precisamente! habría quedado tiempo para olvidarte y alejarme mientras buscaba otra ilusión. Pero sigues ahí, en el recuerdo, en la calle caminada, en el jardín marchito, en el parque de risas, en las noches a solas, en las lágrimas frente a la luna, en las locuras tras tus pasos, en los besos que no fueron y las noches que amé tu cuerpo frente al mío. Qué peor martirio que este, de soñar contigo porque sigues tan cerca, porque sin culpa de tu parte estás anclada a mi senda, sin dejarte tocar, sin marcharte y sin quedarte. Porque mis fracasos no fueron los tuyos, y estoy solo como cuando te me fuiste, cuando te dije adiós y me hundí en la selva oscura de tu distancia como una peregrinación voluntaria a la noche. Mas tú, amada merecida y dulce, olvidado el pasado que dejaste atrás sin volver la mirada, despliegas tus alas una y otra vez sin cansarte, mientras la vida te prodiga la alegría que me negó con nuestro adiós.
Preso en esta pena infinita, amiga de prisión que me embelesa de algún perfume ignorado largamente, y que se me enredó al abandonar tu vientre para sollozar solamente. Esta agonía se me vuelve lo único que te trae como entonces, a veces en la memoria de algo ocurrido, a veces en la melancolía de lo que pudo ser, a veces en la locura de lo que aún quedó por decir, a veces en la desesperación de inventarle sueños al alma que te espera entre delirios. A veces en la vergüenza de quedarme solo, buscándote en todas partes sin escuchar respuesta. Amor: este calabozo húmedo, frío y oscuro no es el alivio que esperaba cuando te perseguía, cuando enloquecido te robé el primer beso. Hoy, lo sé, mi vida. No era lo que esperé, ni creí merecer, que frente al altar me dejases solo, implorando por un beso, por el si de tu silencio mientras te amaba, por tu mirada todas las mañanas mientras corría a buscar flores para nuestra mesa, por la esperanza de dormir a tu lado una noche más y amanecer viéndote mientras envejecíamos.
Pero estás lejos... Duermes tu ventura en los brazos que te separan de los míos. Tal como hace tantos años, más de los que me atrevo a admitir sin sentir pena, sigo despierto, pensándote a ratos, masticando la soledad intentando robarme otros minutos del recuerdo para levantar la mirada y decir que después de todo estuviste a mi lado.
Vuelve al silencio mi escondida pena.. Nadie quizás sepa, que en el silencio de mis pasos tras tu recuerdo, que en la mirada que disimula el brillo por tu nombre pronunciado, que en el suspiro que se ha hecho parco y cansado en mi pecho, que en la mirada perdida hacia el horizonte intentando atraparte con las manos como un ladrón furtivo en las noches, allí, aún allí, tan a mi pesar y sin sospecharlo tú... Te he seguido amando.
Con la sonrisa en la boca,
con la gratitud por el encuentro,
con los brazos extendidos del buen amigo,
con la mirada ansiosa del amante escondido,
con la paz del esposo que abraza al dormir,
con la inquietud del niño que atrapó tu vientre.


Extraño tus ojos - Juan Gabriel
 


A veces imagino


Abril 17 de 2012
12:14
A veces imagino cómo hubieran sido las cosas si nuestro amor hubiera echado raíces y pudiera verte junto a mí cada mañana. Sé, es una locura, pero me llena la vida de alegrías imaginarte conmigo. Escuchando tu voz, tu sonrisa, viendo tu manera de hacer las cosas cada día.
Alguna vez pensé que me había cansado de ti, como de otras mujeres. Pero llevo veinticinco años de no parar de pensar que eres lo más lindo que pude soñar. Es verdad, las cosas no pudieron ser, y es tarde para pensar "qué tal si...". Pero de muchas maneras hoy sé que no me canso de planear buscarte en mis recuerdos, pues en la cotidianidad de mi soledad estás tan lejana como, cuando en vano, intento encontrarte en las calles que recorrimos hace tantos años ya... Soy feliz al pensar que amé tanto a una mujer que no tiene la conciencia de ello. En el fondo es lo mejor que puedo hacer. No tiene sentido dañar tu corazón y romper tu existencia por mi locura. Sé que debes vivir la vida que quisiste, aun cuando no todo en la vida nos sonría.
Imagino la alegría de abrazarte en silencio mientras duermes, acariciar tus hombros y tu rostro en la oscuridad de la alcoba. Es un placer negado, y no quiero más que eso. Bastante daño me he hecho y le he propinado a otras personas por querer atraparte en otras mujeres. Nada podrá robarme lo que tengo en mi alma por ti. Pero, al mismo tiempo, nada podrá remplazar lo que pudiste ser para mí. Es entre el dolor de cada día tras tantos errores cometidos, que aparece una pequeña estrella en mi horizonte, causándome la idea de que, quizás en un universo paralelo a este que me ha tocado sufrir sin ti, somos felices. Que tomamos las decisiones justas y mis ojos se alegran cada mañana por abrazarte en silencio mientras duermes y acariciar tus hombros y tu rostro en la oscuridad de la alcoba.
Tal vez estos suspiros se escapen, por los caprichos de este amor que no se apaga, a alimentar mis ilusiones en otros mundos, donde estás tan viva y tan presente.
¡Cuánta agonía, cuanta insatisfacción en la ausencia de lo amado! ¡Tan grises son los años sin ti! Me pierdo en la tristeza para embriagar mi corazón con el sueño de estar contigo, mi amor. Me atormenta la pena de saber que iré al largo viaje sin haber acariciado el sueño por el que me comprometí a vivir a mis diecisiete años. Me hundo en la tristeza, profunda angustia, amarga soledad de ti. Me calienta el corazón recordar aquellos instantes perdidos ya, lejanos y borrosos, donde estábamos juntos. ¿Qué pasó con mis ilusiones, hasta dónde se han marchado mis suspiros de juventud que no han podido atrapar más que lágrimas en el frío de cada noche durante estos largos años sin ti? ¡Cuánto ansío la muerte para hacer descansar mi alma de esta soledad, pues hasta en mis sueños estoy esclavizado a la agonía de saberte perdida! ¡Si tan sólo vinieras, si tan sólo escucharas este corazón que envejece mientras aún canta para ti! ¡Si supieras que eres mi alegría, la ternura del rocío en la mañana y la esperanza que atrapo en mis noches más amargas! ¡Si te acercaras a enterarte que este loco amor que comenzó siendo mi embriaguez hoy me mantiene en pie mientras te espero en el puerto al que no regresaste!
Cuando leas esto, como aquella triste noche de Marzo, tal vez entiendas otra vez que alguien determinó en el pasado que mi corazón fuera tuyo, y que la ilusión de tenerte sin lograrlo, toda mía. Nunca será tarde si aún en mi ausencia lo sabes, y puedes dormir sabiendo que alguien te amó y deseó tu bien sin pedir nada más que la alegría de amarte.
Al frío silencio regreso, mientras la oscuridad me empapa nuevamente el alma....
Hasta siempre, amor.




Se me sigue olvidando  - Marc Anthony
 


Después de todo



Agosto 27 de 2011
14:33
Pensando después de todo lo que me ha pasado, he llegado a la conclusión de que siempre intenté buscarte, aún en otras personas.
La frustración es que eres única, como una reina del alma. Siempre serás el amor de mi vida, mi gran amor, mi ilusión hasta que muera.
Te amo


Amor de mi vida - Leo Marini



Ahora


Julio 17 de 2011
12:02



Ahora cuando mi vida sigue a la deriva sin encontrar respuestas, pienso en lo lindo que hubiera sido si nosotros no nos hubiésemos separado. Dejaste una huella en mí que no he podido borrar.

Te sigo buscando... Sigo buscando. Ojalá algún día pudiéramos estar juntos como he soñado.

Te sigo amando de modos distintos.


No me acostumbro - Rey Ruiz






17 de Mayo


Mayo 17 de 2011
13:32



La primera vez que me animé a decirte que te quería, de una forma tímida, fue mientras bailábamos. Nos abrazamos y nos acercamos tanto luego, que honestamente yo no tenía idea de lo que seguirías siendo para mí hasta hoy. Luego, tras el cansancio, me quedé profundamente dormido, mientras tú seguías en la fiesta. ¡Siempre me arrepentiré de eso, siempre mi amor! Si sólo hubiese seguido ahí cerca tuyo, quizás un beso hubiese marcado la diferencia. Quizás estaríamos juntos ahora. Tantos quizás que nunca se hicieron realidad.

Han pasado todos estos años, y frecuentemente estás ahí en mi mente, cada vez más como una sombra de la que no termino de desprenderme. Nunca me dejaste, así me hayas olvidado, y mi nombre no signifique ya nada para ti.

Te sigo amando, amor de mi vida, te extraño hasta la más profunda amargura
¿Por qué tanta tristeza, cuánto habré de esperar hasta que mi sueño contigo se cumpla?

Espero encontrarte nuevamente y que sepas que has seguido presente, aunque la distancia y nuestras decisiones hayan liquidado mis ilusiones.


El día que me quieras- Roberto Carlos







Mis cartas a Liliana, el itinerario de un amor imposible

lunes, 29 de octubre de 2012




Esta quizás es como muchas historias, la de un corazón que ha amado con todas sus fuerzas. La abro por fin a quienes la quieran conocer, pero sobre todo, para dejar cantar mi alma. Es una forma de rendir tributo a una ilusión que ha llenado mi vida, pintándola de colores y sombríos matices. A una mujer grandiosa, a quien amo como sólo se puede amar una vez en la vida.

Divido esta obra en estaciones, pero aclaro que aún no llega el invierno.


La primavera comenzó una noche de Diciembre

Las ansias de un adolescente se despertaban y una historia dio comienzo.

"Nunca oí la música como aquella noche y las que siguieron"

Con el tiempo, la ternura dio paso a la obsesión, al beso ansiado que no llegaba. Y mi corazón produjo una época prolífica de cantos, sueños y extravíos. Siempre me entregaba al sueño de abrazarla, y no sólo de contemplarla.

"La locura, el dolor, el frenesí y el afán, dieron paso a muchos despropósitos. La amaba pero no podía llegar a su corazón, había tanto ruido alrededor, que me confundía frecuentemente. La había convertido en el centro de mi vida, pero me asustaba sólo al tomar su mano"

Tras dos años de intentarlo, al fin ella aceptó. Me entregué sin pensarlo, bajé la guardia como ante un atardecer delirante. Me embriagué de amores, la tuve como en mis sueños, pero nunca estaba saciado. Como suele ocurrir con el amor apasionado y visceral, la desesperación se hizo mi enemiga, y perdí a mi Liliana. Ahora que lo pienso, estaba demasiado precipitado y ella muy confundida. Por la situación de ambos, el desconcierto era una bebida frecuente. Había terribles inconvenientes, y ella tenía que decidir si continuaba conmigo y se embarcaba en un camino sin retorno, a la deriva. Yo tenía mis manos llenas, pero mis bolsillos vacíos.

"Tras los besos y el amarnos a escondidas, aparecieron las sombras que al final nos separaron. La vida cambia, y yo no quería entenderlo. Cuando haces las cuentas, con todo y el deseo, sobre todo para alguien como ella, el desenlace debía ser simple y práctico"

Nos queríamos, acercándonos y alejándonos. Ya no recuerdo tantos detalles. Habían pasado unos tres años desde el primer beso, y la lluvia llegó. Había intentado hacerla mía en una época muy conservadora, pero incluso una de las noches que dormimos juntos, ella no quiso. Me prometió por el Más Sagrado que estaríamos juntos, y espero desde entonces, pues a los pocos meses le dije adiós. Una despedida que me mató, y desde entonces vago en las noches y me esfumo durante el día. Intenté amar otra vez, y a pesar de algunos obvios éxitos, despedidas e hijos, frecuentemente la recuerdo. Cuando la veo, tiemblo como la primera vez que la vi, me inquieto y no sé lo que hago.

"En aquel amargo adiós, adiós por no tenerla, por saberla perdida sin remedio, como un regalo póstumo, le dí un cuaderno con mis poemas, envuelto en papel de regalo. Le estaba dando mi corazón, y la promesa de que no sería de nadie más que de ella. Se despidió  con un beso, el último que me dio"

Había estado pasando a limpio en un cuaderno, los poemas que le había compuesto en épocas de ensueño. Lo hice aprisa, presintiendo el final. Había llorado demasiado por ese amor, y sabía que a pesar de mis esfuerzos, ella no seguiría conmigo. Era demasiado simple, pero así es la vida a veces. Aquella noche de 8 de Marzo estaba signada por la tristeza.

El Verano me encontró a solas pensando intensamente en ella, pero queriendo olvidarla

Creo que Dios me abrazó pocos días después. Una suave paz me embargó justo en el fondo del abismo. A diferencia del ardor de la primavera con sus trinos, frescuras y olores, el verano se tornó apacible e improductivo. Ella se comprometió con el hombre con quien se casaría meses después, y esto me hacía estar cada vez más seguro de haber actuado bien al alejarme a tiempo de ella, antes de terminar más herido de lo que estaba la noche de nuestra despedida.

Por afán o pasión, o por las ansias que me movían desde adentro en dirección de comenzar de nuevo, la fui alejando de mi alma, creyendo extirpar el mal que me causaba. Me comprometí con otra mujer a quien me consagré por algunos años, sin llegar nunca a experimentar siquiera el grado de furor de mis días junto a Liliana. Ella se casó al año siguiente que yo, y ya nada fue quedando de tanta locura. Yo me sentía seguro, hasta el día en que fui a su boda, y llegué a casa, al lado de mi esposa, a llorar amargamente.

Charlamos unas cinco veces sobre nosotros, en particular para pedir perdón y considerar que lo mejor para ambos había sido la separación. Debido a una inusitada confianza, además de un absurdo orgullo de ambos, nunca pude ser sincero. Las cosas iban tomando nuevos caminos. Ella seguía siendo la fuente de mis locuras y el sol en el horizonte de mis amores, pero ahora ambos íbamos por caminos distintos. Lo extraño es que nunca imaginé lo cercanos que estaríamos de comenzar decisiones parecidas.

Durante esos años, cada uno con alegrías y tristezas, ella aparecía secretamente para henchir mis pulmones y hacerme soñar. Compuse más poemas a su recuerdo, en ocasiones me acercaba secretamente a su casa, o recorría lugares donde estuvimos juntos, y las penas por ese amor perdido se insertaban a las páginas de mi existencia.

Muy pocas veces nos acercamos, estoy seguro de que es porque la respeto al extremo de amarla en silencio, sin estropear su vida. Pero cuando ocurren tales encuentros formales, trato de perder la cordura y es por eso que decidí abrir este espacio. Espero publicar con el permiso de ella la obra que le compuse, la cual, según me contó alguna vez, terminó en un cajón secreto, perdido incluso para ella. Lo deseo antes de que la deje perder para siempre. De ser posible colocaré las fechas de las composiciones, la idea es organizarlas cronológicamente.

Es sólo una parte de mi vida, lo sé. Pero como dije al comienzo, es la historia de mi corazón, el combustible que ha hecho aflorar lo mejor de mi sensibilidad. En ocasiones, al encontrarme en el secreto de mis lecturas, repaso estos versos febriles para encontrarme con el hombre que amó a Liliana y se sintió más libre que nunca, aún cuando esa pasión lo hundió en la cárcel de pesares indecibles. Espero sea de su agrado, pues en el fondo, sigue latiendo en mi ser este amor que intenta escapar de mi pecho para que cometa locuras. Tal vez guíe las suyas, y les haga ser más valientes que yo. Les puedo anticipar de antemano que en un universo remoto, alguien como yo tomó las decisiones precisas y fue muy feliz toda su vida. ¡Cuánto quisiera retroceder en el tiempo y persuadirme de amarla y mantenerla a mi vera! ¡Cuánto dolor hay acumulado en mi ser por saber perdida para siempre a la mujer de mi vida! ¡Cuánta tristeza encontrarla distante, pero tan bella como siempre, tan ansiada y tan perenne en mis sueños!