Noviembre 10 de 2021
4:49
Tardes cálidas y sueños de amor
aferrado a tu cuerpo
mirando el azul del mar en sus matices
a veces, claro esmeralda
a veces, negro profundo
a veces, luces centelleantes a lo lejos
a veces, tu respiración tímida en la mañana.
Pero siempre tú,
al final de todos mis caminos
al término de aquellas noches
de sentirte mía sin reservarte nada
como un permiso concedido del Cielo
por las largas noches y los largos años.
Te diste por entero
como la luz de la mañana frente a mis ojos
como el aire llenando mis pulmones
fueron míos tus besos y tus aromas
la suavidad de tus senos
la fragilidad de tu vientre
y tus gemidos extraídos
como piedras preciosas
de la veta sagrada de tu garganta.
Fuiste canción generosa de fin de octubre
y mesa servida de inicio de noviembre.
Y estás, como siempre,
como estarás mientras lata mi pecho
rodeada de recuerdos a los que me aferro
adornada de estrellas y brisas del mar
salpicada de las luces verdes del plancton nocturno
alegrada por nuestras canciones íntimas.
Y en tu piel, los vapores del agua caliente,
Y en tu mirada, la alegría de sol en la mañana
Y en tus cabellos, nuestros sueños entretejidos
Pues no recuerdo mejores días ni mejores noches
ni concibo horas más felices que contigo.
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